Campo de Futbol

Yo tengo práctica en los sudokus, no en esto pensé. Suspiré con una pequeña sonrisa. Puse el balón entre mis pies e hice cómo me había dicho que debía chutar. Golpeé el balón, dirigiéndolo a la portería.

No sé si es que estaba distraído o lo hizo realmente bien, pero me metió un gol, pero solo por los pelos...
-¡Vaya, ya estás mejorando!-la felicité sonriendo y levantando los pulgares.-Si quieres podemos seguir o hablar del cosmos, como lo prefieras.

Me acerqué medio paseando, como si fuera a pedirle algo y como si no hubiera roto un plato. Lo abracé y lo heché a la hierba artificial.
-Hablemos -dije deteniéndome para pensar un rato- de ti.

Aquello me pilló de sorpresa y me descolocó un poco, pero me acomodé el cabello estilo afro y la sonreí, olvidando por momentos que mi pobre balón estaba por ahí olvidado sin rumbo.
-Está bien, ¿qué quieres saber?

-Cuéntame algo que yo no sepa -dije apoyando mi barbilla sobre su pecho, mirándolo con una sonrisa impaciente. Cualquier cosa era mejor ahora que el futbol.

-Algo que tú no sepas...-chasqueé la lengua, pensativo.-¿Sabes que gané hace dos años el torneo de baile estatal?-dije muy orgulloso y sonriente.

Sonreí.
-Qué guay -dije sonriente- una lástima que no te viera y conociera entonces -hice una mueca.
Me quedé mirandolo fijamente.
-¿Y tú sabes que con solo verte esas dos chicas, ya las tienes loquitas de lo guapo que eres? -dije con absoluta sinceridad- y no estoy celosa -añadí con cierto refunfuño.

Levanté las dos cejas, sonriente.
-¿De verdad que no estás celosa?-le pregunté contento.-Yo creo que sí...-empecé a reírme hasta que bostecé y me di cuenta de que tenía sueño. Mierda..., pensé. ¿Por qué siempre que esto se volvía interesante me entraba la morriña?
-Oye, querida celosa.-dije dirigiéndome a Melody.-¿Qué tal si aplazamos esta conversación para más adelante? Me muero del sueño...

Alcé una ceja.
-Que te he dicho que no soy celosa -protesté poniendo morritos.
Lo vi bostezar y rodé los ojos.
-¿Qué ha sido de los chicos madrugadores y poco dormilones? -pensé en voz alta sonriente.
Me puse de pie junto a él y me despedí dandole un beso en la mejilla.
-Que descanses, monsieur Charlie -me fui de alli andando tranquilamente con pasos ligeros como una bailarina.

-Lo mismo digo, mademoiselle Melody.-digo levantándome de la hierba, sacudiéndome la ropa y siguiendo a Melody con la mirada, sonriendo. Solté otro bostezo y pensé que sería un buen momento para irme a dormir.

Llegue un poco tarde al campo de futbol,pero al llegar no la ví.
-Uff..menos mal-suspire algo aliviado,no me gustaba llegar tarde a ningun sitio.Tire el balón al cesped y me tumbe en la suave hierba, a esperar.

Llegué al campo de futbol y me apresuré al ver a Nate en él. Fui corriendo y con suavidad me heché sobre él besando su mejilla. Olí su cuello, tal como él hizo la ultima vez que me abrazó.
-Tú también hueles muy rico -dije riendo entre dientes.

No me he echado perfume.Pero bueno..-dije guiñandole el ojo.-Que mona vas.. -dije-,me gustan esas playeras-observando que se había puesto las que le regale.

-Cada cual tiene su propio olor -dije sonriente, aun sin separarme de él.
Sonreí al escuchar lo de las playeras.
-Me las regaló alguien muy especial -le guiñé el ojo- Ah, y no me digas que voy mona, porque no lo estoy -dije sentandome en el suelo.

Hombre,no te queda mal,estas normal.-dije rascandome una ceja.-y bueno levantate que hoy vas a sudar.

Frunci el ceño.
-¿A... Sudar? -dije alzando una ceja, sin moverme mientras él se levantaba.
Abri los ojos mucho, como platos.
-No, ahhg, qué asco.

¿Como?,de hoy en adelante esa palabra no existira en tu vocabulario y otras más.-dije-Y ahora a correr que yo ya calente.-le dije señalandole con el dedo el recorrido.

Me levanté porque él me ayudó a hacerlo. Miré cómo señalaba el recorrido.
-¿Qué? Oh, no... Yo no corro -dije cruzandome de brazos- Yo como mucho, voy al gimnasio, a usar... -me quedé pensativa con el ceño fruncido- esa maquina de las escaleras.

Pero como vez aquí no hay sitios como esos.¡Venga a correr!-grite como un sargento a su militar.

Llevé mis manos a mi cintura y miré el grande campo.
-No puedo, soy una chica -dije inflando las mejillas- Además, ¿cuantas vueltas?

No se cuantas,Cuando te diga ya paras.. y ya puedes empezar,que no quiero perder el tiempo.-dije otra vez sañalando su recorrido.

Entrecerré los ojos.
-Me vengaré -advertí comenzando a correr alrededor del campo, no muy rapido, más que nada a galope.

Me daba algo de pena parecia un pez sin agua.
-¡Venga..Que te quedan muchas vueltas que dar!-dije alzando la voz,cuando paso por delante mia.

Rodé los ojos. Lo que hay que hacer para que un chico te haga caso y se fije en ti pensé suspirando, mientras seguía corriendo.

Pobre chica lo que tiene que estar pensando sobre mí
-Para,has hecho poco pero veo que no estas acostumbrada.-dije mirando como sudaba.-Estas sudando más de lo que esperaba-dije lanzandole una toalla para que se secase.