Recepción

Llegué a recepción, al menos esa cabaña estaba bien señalada para saber que era un punto de encuentro... La recepcionista justo ahora no estaba, y debía saber cómo llegar a mi cabaña y a mi puesto de trabajo. Suspiré y dejé las maletas junto a un sofá donde me senté cogiendo una revista de información sobre el campamento y colocando mi pierna derecha elegantemente sobre la izquierda.

Entré en la recepción para ver si había cambiado. Miré de arriba a abajo el establecimiento y observé que no estaba la recepcionista. Posé mi mirada en un sofá donde estaba sentada Melody y curvé una sonrisa. Fui a sentarme a su lado, como quien no quiere la cosa, y cogí una revista para hacer como que la ojeaba.
-Vaya, parece ser que este año te voy a encontrar en todas partes, ¿no?-le dije a la chica de forma casual.

Alcé la vista al ver que alguien se sentaba a mi lado y lo miré de reojo al escuchar la voz de Charlie. Me mordí el labio inferior conteniendo una sonrisa y cerré la revista, mirándolo fijamente a los ojos de brazos cruzados.
-¿Me está siguiendo, monsieur Charlie? -alcé las cejas.

Arqueé una ceja, pero no perdí la compostura. Cerré la revista y me crucé de brazos, en un intento de imitarla.
-¿Qué le hace pensar en eso, mademoiselle Melody? A lo mejor usted me esperaba en la recepción porque sabría que vendría aquí.-no sabía muy bien lo que decía, pero cuanta más conversación entablase con Melody, mejor.

Alcé las cejas y curvé la comisura de mis labios autoseñalándome con el dedo índice.
-¿Moi? Oh, no, monsieur Charlie. Yo no lo esperaba en absoluto, es mas, estoy aquí esperando a la recepcionista.
Me volvi a cruzar de brazos.

Le sonreí; me iban a entrar agujetas en las mejillas de tanta sonrisa.
-Vaya, estás un poco perdida, ¿no? Se nota que es tu primer año de campamento.-le dije en tono cordial.-Si quieres, yo te puedo ayudar, soy todo un veterano.

Sonreí.
-¿Y eso por qué, monsieur Charlie? -fruncí el ceño- ¿Habéis trabajado aquí otros años?

-Bueno...-dije descruzando los brazos y alzando la cabeza.-Este es mi primer año como profesor, pero he sido campista otros muchos años, en el mismo curso que los hermanos Gray... Connect Three creo que se llaman.-dije sin darle mucha importancia. No me caían mal, pero tampoco los conocía tanto.-Volviendo al tema, si es tu primer año, puedo ayudarte.

Asenti sonriente a lo que me explicó de sus años como campista, y cuando dijo lo de los hermanos Gray, abrí los ojos como platos, dejando la revista a un lado del sofá.
-¿Los Connect Three? -dije llevando mis manos a mi cintura- ¿Bromeas?

Me extrañé y levanté una ceja, pensando el porqué del interés por los Connect Three.
-Sí. No los conocía mucho, creo que eran buenos chavales... ¿por qué lo preguntas?

-Oh, me encantan los Connect Three -dije elevando un poco mi tono de voz- Su música, sus pasos, su físico... Todo.
Sonreí.
-He ido a un par de conciertos en Sidney.
Me mordi el labio inferior, conteniendo una risita.

Rodé los ojos. Malditos Connect... ¿pero qué es lo que le ven?
-Pues estás de suerte, este año han venido al campamento, así que puedes ir a verlos.-contesté con dureza, haciendo ademán de levantarme del sofá.

Lástima que no fuera un verano de vacaciones y que era un verano de trabajo. Vi cómo hacia un gesto para irse y me tranquilicé, estirando el brazo para que no se fuera.
-Oh, espera -dije sonriendo- lo siento, me emocioné. Me suele pasar amenudo -cerré los ojos y llené mis pulmones de aire para luego exhalarlo todo por un suspiro.

Me volví a sentar, aunque todavía estaba un poco alterado.
-Sí, no sé que os pasa a las chicas con los grupos de música de chicos. Tampoco están tan bien esos tres.-arrugué la nariz, en una mueca de desprecio. No odiaba a los Connect, pero estaban empezando a caerme mal.

Me crucé de brazos.
-Ni yo sé qué véis a esas modelo hechas de silicona y plástico -alcé una ceja sonriente, llevando mi dedo indice a su nariz y dandole un golpecito como si fuera un timbre, al ver cómo arrugaba la nariz algo incómodo.

Arrugué aún más la nariz cuando me la tocó, pero en plan burlón.
-Pero no somos tan histéricos como vosotros. Si vemos a una chica guapa pensamos "mira, esa está bien" pero no nos ponemos a dar saltitos como locas y a chillar como hienas.-dije riéndome de mi propio comentario. Cogí una revista que, por desgracia, contenía un reportaje de los connect Three y bufé.-Joder, están en todas putas partes. Ni que fuesen Dios.

Reí entre dientes por su comentario.
-Supongo que tienen -busqué la palabra pero no la encontré- algo...
Lo miré y no pude evitar reir.
-Si te sirve de consuelo -me crucé de brazos y puse cara de duro, como un chico- mira tú por donde, tú tampoco estás nada mal.

Relajé la expresión, formando una sonrisa de nuevo.
-Vaya, gracias. ¿Eso es un cumplido?-pregunté apoyando el brazo en el respaldo del sofá para quedar cara a cara.

Imité su postura, pero sin apartar mis piernas, colocada una encima de otra.
-Sí, lo es -dije devolviéndole la sonrisa y mirándolo a los ojos fijamente.

Ladeé la cara, entrecerré los ojos y esbocé una sonrisa pícara.
-Entonces... tú tampoco estás nada mal.

-¿A sí? -dije inclinando mi cuerpo, acercándome un poco a él con los ojos entrecerrados.
Estiré mi corta falda vaquera y luego entrelacé los dedos de mis manos con una sonrisa en mis labios.
-Lo sé, lo sé -reí entre dientes.

Me acercó un poco más hasta que nuestras caras están a un palmo de distancia.
-Sí, aunque te tendré que examinar más detenidamente...-me acercó un poco más... y me separó bruscamente de ella, con sonrisa divertida.-pero mejor otro día, ahora me voy a dar un paseo por el campamento. Ya sabes, he de conocer un poco más a mis alumnos.

-De acuerdo, profesor -dije quedándome donde estaba, aun esbozando una sonrisa.
Me puse de pie y me agaché un momento para coger mi bolso y mirar mis maletas.
-¿Podrias enseñarme esto, por favor?
Dejaré las maletas aquí... pensé.