Cabaña de Mitchie, Caytlyn y Gabrielle

Una cabaña pequeñita, pero que entran tres personas en ella.

Llegué a la cabaña empapada por el agua del río. Cogí ropa de mi maleta y me cambié enseguida, mientras cogía el secador y me secaba el pelo.

Aparecí detras de Mitch,abrazándola por detrás mientras ella se secaba el pelo.
-Al fin encontré la cabaña.-reí.

Reí mostrando mi dentadura.
-Dime, Gab -dije mirándola y parando el secador un momento- ¿Qué opinas de Shane?
Sonreí algo sonrojada.

Sonreí divertida,mirando la expresión de Shane.
-Bueno,de momento no lo conozco demasiado...pero,por lo que he visto,es majo,y muy mono.-dije soltando una risita,pellizcando su mejilla.-Perfecto para ti.

Golpeé con suavidad su mano, riendo como una tonta.
-Es que... -dije rodando los ojos y jugando con la tapa del secador.

Justo cuando iba a soltar lo de Shane, tocó la puerta, sonreí al dejar con la intriga a Gabrielle y me apresuré para abrir la puerta.
-Hola -dije sonriente.

Mi sonrisa se desvaneció enseguida, miré a mis espaldas, observando mi cabaña. Le hice un gesto y le di un mapa del campamento.
-Pues... Mira... -le señalé un punto- puedes pedir una en recepción o si quieres... Nosotras somos tres... y nos sobra una cama...

Me agaché para recoger las partituras y se las dí a la mano, sonriendo un poco.
-¿Un verano no deseado? -pregunté a juzgar por su expresión apagada.

Sonreí un poco.
-No es una carcel -le aseguré- Si te gusta la música, te gustará el campamento. Es... diferente.

-Miralo por el lado bueno, Camp Rock es una oportunidad muy importante en tu vida, una oportunidad para ser alguien y dedicarte más afondo al mundo de la música y olvidarte del pasado.
Suspiré.
-Ten suerte pues buscando sitio donde dormir.

Rodé los ojos y miré a Gab... Empanada, genial. Salí de allí.

Me desperté enseguida, cerca de Shane, abrazada a él, metida dentro de la cama. Sonreí de oreja a oreja al ver que estaba a mi lado... Desgraciadamente, cuando empezara oficialmente el campamento, este chollo se nos acabaría. Besé su mejilla y esperé a que se despertara.

Sonreí de oreja a oreja ante su fuerte abrazo, heché todo el aire de mis pulmones por un suspiro y me quedé mirando a Shane.
-¿Qué tal durmió el Bello Durmiente?

Sonreí contra sus labios.
-Muy bien -le dije entre beso y beso, acurrucandome bajo las mantas.