El Jardín

Rodé los ojos, si fueran los Connect Three no me importaría pero...
-Esos fantasmas no tienen nada que hacer -sonreí llevando mis manos a mi cintura- tendrías tu mas posibilidades.

Me reí soltando una carcajada.
-Bueno es saberlo.-me chupé los labios.-Oye, quizá algún día tú y yo... podríamos salir, mientras no tengamos trabajo que hacer.

Sonreí alzando las cejas, asintiendo mientras hablaba y me proponía una cita.
-Como... ¿una cita o un café entre compañeros de trabajo? -dije haciéndome la pensativa y acariciando mi barbilla.

Me volví a reir y decidí seguirle el juego. También me rasqué la barbilla, pensativo.
-Depende hasta donde quiera llegar mademoiselle Melody con monsieur Charlie.-inquirí alzando una ceja como si le estuviese preguntando.

Reí entre dientes.
-Oh, monsieur Charlie. Ha sido usted quien se ha molestado, usted debería saber hasta dónde quiere llegar -dije encogiéndome de hombros.

Pensé detenidamente la respuesta. ¿Cómo hacerle llegar sutilmente que quería salir con ella sin que pareciese desesperado? Piensa... piensa...
-¿Quieres salir conmigo?-Bah, a la mierda.

Sonreí con satisfacción, era justo la respuesta que esperaba y que sabía que iba a hacer. Rei entre dientes.
-¿Por qué no? -contesté curvando mis comisuras.

Sonreí con alivio; al final fue más fácil de lo que esperaba.
-¿Qué te parece si esta noche vamos a la plaza del pueblo que está a tres kilómetros de aquí?

-Me encantaría -dije sonriendo, hundiendo mi mirada en la suya, que era tan profunda.

-Perfecto.-dije pellizcándole una mejilla.-Me voy a descansar un rato a mi cabaña. Esta noche nos vemos.-dudé en si despedirla dándole un beso, como ella hacía. Al final accedí, titubeante.-Hasta luego, Melody.

Reí entre dientes.
-Hasta la noche.
Suspiré al verlo ir y yo también me fui.

Bostecé de nuevo y estiré los brazos y las patas; aunque ya era tarde y tenía sueño, no quería irme a dormir. Miré a mi alrededor; parecía un jardín bonito, aunque no se apreciaba bien de noche. Me eché en la hierba, con las manos detrás de la nuca.

Me incorporo, sonriendo a Caytlyn.
-¡Hey!-dije haciéndole un saludo militar.-Pues no creas, la hierba es cómoda...-me reí.-¿Ya has dejado al funky y a la enfermera en el campo?

Pensé en el profesor; la verdad es que no estaba nada mal...
-Pues...-hice como que contaba con los dedos.-Quizá dos o tres días. ¿Y tú?-sonreí mostrando los dientes.

-Vaya... pues entonces sí que te conocerás el campamento.-Asentí con la cabeza, poniendo morritos.-¿Y es tu primer año?

-Hm...-me rasqué la barbilla y arqueé una ceja, poniendo de nuevo morritos.-Osea que eres experta... Ya le pregunté a una chica llamada Mitchie que si me daba algún consejo y tal y me dijo que tuviese cuidado con una chica llamada... ¿Guess? ¿Tess? Algo así...-dije arrugando la frente.-¿Tú que me aconsejas?-dije sonriente como si fuese un alumno preguntando a su maestro.

-¿Quién? ¿Mitchie?-le pregunté sin comprender.-¡Ah, te refieres a la otra!-me rasqué la nuca vergonzosa por la confusión.-Sí, bueno, no sé por qué dicen que es tan cabrona pero algo habrá hecho.-fijé mi mirada en el portátil de Cay.-¿Es tuyo?

Me reí.
-¿Y cómo es que te lo traes al campamento?-pregunté, curiosa.