Cabaña de Shane, Nate y Jason

Llegué a la cabaña de Shane y al entrar lo vi dormido, estirado en la cama. Sonreí de oreja a oreja con un brillo en mis ojos. Me acerqué y cogi una bocina de uno de los cajones de su cabaña y me arrodillé a su altura, tocándola y reproduciendo un fuerte sonido.
Shane se despertó sobresaltado mientras yo reia en silencio y acunaba su rostro entre mis manos.

Rei en silencio, poniendome de rodillas sobre la cama y haciendo que se pusiera frente a mi de la misma postura. Llevé mi dedo índice a mis labios, ordenando que se callara y acerqué mis labios a los suyos para besarlos con ternura, mientras acariciaba la parte de su cabeza donde se habia dado el golpe.

Sonreí contra sus labios, rodeando su cuello y dejandome caer poco a poco sobre el, quedándonos tumbados. Cerré los ojos y junté mi lengua con la suya, haciéndo círculos y jugando con ella.

Abrí los ojos con lentitud al terminar aquel largo y mojado beso. Sonreí ampliamanete, apoyando mi oido en su pecho, escuchando los latidos de su corazón, que en aquel mismo instante estaban corriendo una gran carrera.

Apoyé mi barbilla bajo mis manos, mirandolo en silencio, sonriente.
-¿Qué tal está mi Bello Durmiente?

Rodé los ojos y me estiré un poco más, dejando mi rostro exactamente encima del de él para que me mirara a mi en lugar de al techo.
-Lo sé, pero eres tan bello como durmiente -acaricié su barbilla.

-Pues... -suspiré- bien -dije sinceramente- sin ningún tipo de novedad. Salvo que las charlas con Emi son realmente -busqué la palabra adecuada- eficientes e interesantes.
Le devolvi aquel pequeño beso, mientras recorria su cuello con mi dedo índice, frio por haber estado bebiendo anteriormente un refresco.

Lo besé de nuevo, negando con la cabeza.
-Ahora no puedo, debo irme a ayudar en la cocina y luego tal vez venga.
Le guiñé el ojo.
-Pero tranquilo, que no se me olvidará.
Lo volvi a besar y sali de la cabaña.

Entré a la cabaña corriendo como el viento y salté en la cama, encontrándome de nuevo con Shane.
-¿Me extrañaste?