Cabaña de Shane, Nate y Jason

Fruncí el ceño.
-Al menos sufriría a tu lado.
Seguía tumbada en la cama, con la manta tapando mi cuerpo y Shane a mi lado, mirándome. Abrí los ojos con lentitud y al encontrarme con su mirada sonreí.

Alcé una ceja sonriente y le golpeé con suavidad con la almohada.
-Lo sé, pero no hace falta que me lo digas -le enseñé la lengua y me levanté tapada con el edredón, dejándole la otra manta a él para que se tapara.
El suelo estaba mojado de ron y ginebra, incluso mi ropa. Me puse de pie con cierta dificultad ya que me seguia balanceando algo. Me puse mi ropa interior, pero no conseguí salvar el resto de las prendas.

Me crucé de brazos.
-No puedo irme porque apesta a alcohol y además, aunque quisiera, no podría irme lejos de ti -sonreí- pero deberías vestirte... Solo por si entra Nate o Jason...
Me puse la blanca camisa de Shane y su corbata negra, con la cual rodeé mi dedo índice, y me senté a su lado en la cama.

Me puse encima de las mantas, mientras él seguía cubierto y me tiraba a su lado a la cama.
-Pues... -dije pensando en cómo responder- ...mmm... bien, bien -dije finalmente. Prefería no hablar de ello.

Me desperté de nuevo entre los brazos de Shane, pero en una situación muy diferente. Abrí los ojos con lentitud y sonreí al ver que estaba despierto y me miraba constantemente.

Me peiné el pelo con mi mano y le correspondí su beso.
-Es la segunda cosa que más me gusta hacer -admití mientras rodeaba la corbata que llevaba puesta en mi dedo índice.

Rodé los ojos sonriente, jugueteando más con la corbata.
-Tú -admití mirándolo de reojo.

Lo abracé con mucha gana y apoyé mi cabeza en su pecho, mirándolo de reojo sonriente.
-¿Sí...?

Fruncí el ceño, quedándome pensativa.
-Pues... no lo sé -guardé silencio y luego segui hablando- ...tal vez no deberían enterarse, ¿no?

Fruncí el ceño.
-No hace falta hacer eso... Pueden saber parte de la verdad -sonreí.

Sonrei contra sus labios, alargando aquel beso lo máximo posible, hasta que me separé un poco y comencé a darle piquitos.
-Nunca dejaste de hacerlo... ¿No? -pregunté entre beso y beso.

Sonreí.
-Mejor te vistes -dije señalándolo, ya que yo ya estaba en ropa interior y con su camisa y corbata puesta.

Sonreí y me levanté para ojear su armario y escogerle la ropa.
-Vayamos a dar una vuelta, aquí hay tanto aire acumulado y... tanto alcohol -dije mirando el suelo que habría que fregar.